Lo más importante para mi al descubrir tu Marca Personal es definir tu Visión y Misión personal, que no tiene que ver con encontrar una visión y misión cualquiera, ni siquiera aquella que tiene más futuro profesional o que está más de moda, sino que se trata de encontrar tu propósito de vida, encontrar aquello que has venido a hacer y que tiene que estar por encima de tus miedos porque llena tu vida de sentido.
Son importantes los atributos de tu marca, que van a ser la huella que dejas en todo lo que haces, lo que impregnas cuando estás TÚ de forma auténtica, sin caretas, sea a nivel personal o profesional. También conviene que definas tus valores irrenunciables, esos aspectos de tu marca personal, tan importantes como en las marcas corporativas, que te ayudan a tomar decisiones, que marcan tu rumbo y además cuando descubres cuáles son y que han estado allí siempre, hacen mucho más fácil la elección de caminos y la acción.
Pues bien, cuando tenemos atributos y valores, los que sois de empresa o marketing sabéis que lo siguiente a definir para una marca es la misión y visión corporativa y muchas veces no sabemos exactamente qué es ni la diferencia que hay entre estos dos conceptos.
Antes poner un poco de luz sobre ello, es importante sentar las bases de lo más importante a tener en cuenta antes de descubrir nuestra visión y misión.
En primer lugar hemos de cambiar la forma en la que vivimos nuestra experiencia profesional y dejar de considerarnos la demanda. Es decir, una persona que sale al mercado a buscar un empleo, sea el que sea con tal de que sea fijo, estable y bien pagado para que nos de comodidad.
Tenemos que redefinir esta manera de ubicarnos para pasar a ser corresponsables en la creación de nuestra realidad, asumir un espíritu emprendedor tanto dentro como fuera de la empresa para crearnos como un proyecto al servicio de la sociedad. De esta forma, dejaremos de ser demanda para convertirnos en oferta, seremos capaces de crear nuestra propia profesión, lo que haríamos si no tuviéramos miedo y estuviéramos dispuestos a arriesgar lo que fuera necesario por tener una vida con sentido.
Para ello, tenemos que prestarle mucha atención a nuestra pasión, nuestro talento. El éxito está en convertir nuestro talento en una fuente de ingresos sin depender de un empleador. Tenemos que contestar a las nada fáciles preguntas de : quién soy, para qué sirvo, cuál es mi talento, qué puedo hacer, qué llena mi vida…
En realidad, consistirá en descubrir cómo convertirnos en un medio al servicio de los demás. Sólo de ahí llegará la abundancia que buscamos como una consecuencia, no como un fin en sí mismo.
Si trabajo en algo que no me gusta es PARA ganar dinero, ese es el fin. Cuando trabajo en algo que me apasiona, el fin es lo que el trabajo consigue, y el dinero es una consecuencia… y entonces es cuando llega en abundancia.
Vamos a buscar cómo reinventarnos con una finalidad que vaya más allá de lo que conocemos hasta ahora. Si no tuviéramos necesidad de trabajar, si pudiéramos hacer aquello que más nos apasiona y nos alucina que nos paguen por ello, ¿qué sería?
¿De qué manera podemos ser útiles?
¿Cuál queremos que sea nuestro legado profesional?
¿Cómo nos sentimos ante ello?
¿Nos vemos capaces?
En realidad, vamos a trabajar para redactar ese propósito, ese sentido o dirección y la finalidad que le queremos dar a nuestra vida o función profesional pues eso será lo verdaderamente interesante sobre nosotros, lo que nos conecta con los demás.
Con este punto de partida sí es interesante ahora entender los conceptos de Visión y Misión.
Pues bien, la Visión va a ser aquello que vemos en el mundo que podría ser de otra forma. aquello que más nos duele o enfada de todo lo que ocurre y que no depende enteramente de nosotros.
Sin embargo la Misión depende siempre de nosotros, es aquella acción concreta que podemos hacer cada uno de nosotros para ver una parte de nuestra Visión hecha realidad, es el para qué que dará sentido a lo que hacemos.
La visión no depende del todo de nosotros y la misión sí. Es con la misión con la que asumimos nuestra responsabilidad. Pero como sale de dentro de nosotros, como no nos viene dada por el mercado ni por nada externo, tiene tanta fuerza y es tan grande para nosotros que nos dará cada mañana toda la gasolina que necesitamos para poder crear una vida cuya función profesional esté encaminada a lograr esa misión.
Llegar a descubrir esto no es tarea fácil y además no suele ser fácil hacerlo solo, pero nunca es tarde para hacerlo.
No importa, cada uno estamos en un momento vital distinto que además es cambiante a cada instante y que precisamente tenemos que saber aceptar e integrar continuamente.
Lo importante será confiar y comprometernos con la vida en amar lo que hacemos y que al conectar con nuestra esencia encontremos la manera de hacer lo que amamos y así dejar para siempre de “trabajar” para empezar a VIVIR nuestra vida, la que tiene el “para qué” tan claro que es imparable.
Solo así nuestra profesión será un reflejo de quiénes somos y por tanto habremos logrado de forma natural el requisito fundamental de cualquier marca y por supuesto de una marca personal, ser auténtica.
Para terminar, me gustaría citar aquí a Victor Frankl cuyo libro “el hombre en busca de sentido”, ahora que estoy haciendo limpieza y orden de los cientos de libros que tengo pues voy a mudarme en breve después de 17 años, he descubierto que lo leí con 18 años y está todo subrayado desde entonces. Me emocionó darme cuenta de que era una inquietud que estaba en mi desde hace mucho y que se había quedado dormida.
Frankl dice:
“La vida nos exige una contribución, y depende de cada uno de nosotros descubrir en qué consiste”
Es nuestra responsabilidad descubrir cuál es y a partir de ahí crear una vida enfocada hacia ello, donde no nos preocupe el cómo, pues cuando lo tenemos claro y sabemos qué es y para quién, la vida se encarga de irnos trayendo las piezas para armar el puzzle y es cuando cobra sentido mi frase favorita.
“Vamos despacio porque vamos lejos”.
Podéis escuchar aquí el episodio de mi podcast donde hablo de esto: