Ayer tuve la suerte de ser invitada a hablar en nombre de las familias en la graduación de mi hija mayor de 2º de Bachiller en el Colegio Montesión de Palma. Me encantó poder compartir un momento tan especial con padres y alumnos para hacerles llegar lo que siento a todos lo que allí estaban.
Os transcribo más abajo el mensaje que transmití, aunque de todas formas, hay algo que se me quedó en el tintero, y hoy, cuándo ya todos han recibido las notas, para muchos se torna agridulce el ambiente de ayer y se llena de Sonrisas y Lágrimas.
Por ello, hoy no puedo dejar de gritar bien alto a los jóvenes que
sois mucho más que una nota académica.
Que no puede ser que un número condicione vuestra vida de la forma que lo hace y pueda marcarla para siempre.
Que es el sistema que tenemos todavía para moveros en el mundo académico pero que en ningún caso tiene que condicionaros hasta creer que vosotros SOIS esa nota.
Que no puede ser que eso determine la confianza que tenéis en vosotros mismos ni que se convierta en el yugo que se os pone encima para juzgar lo “buenos o malos” que sois.
Que no, que ya está bien, que todos sois muy grandes y tenéis talentos increíbles, que hay miles de cosas diferentes por hacer y aportar a este mundo, que lo importante es la capacidad de trabajo, el compromiso, la perseverancia y la confianza en que todo siempre puede ser como vosotros decidáis que sea.
Así que vamos, si no ha podido ser lo que esperábais, no culpéis a nadie de ello, que eso no os ayuda nada ni cambia las cosas y sobre todo no os castiguéis a vosotros mismos por no haberlo logrado. La vida os estará mostrando otros caminos de aprendizaje que tendréis que coger sabiendo que todo es perfecto para enseñarnos en cada momento lo que necesitamos.
Mucho ánimo, ahora solo queda selectividad, otro “instrumento” que pretende medir lo que valéis y determinar vuestra vida. Pues bien, encararlo con confianza, con el esfuerzo necesario para pasar el trámite pero siempre sabiendo que ese examen tampoco os mide a vosotros como personas, ni el talento que tenéis para hacer algo que cambie el mundo, ni siquiera vuestras habilidades académicas, solo la capacidad para vomitar un contenido aprendido que total vais a desaprender en 3 meses y habrá servido de poco para construir vuestra marca personal, la huella que queréis dejar en el mundo a vuestro paso.
¡A por ello!
Ahora sí, aquí os dejo el mensaje de la graduación y ojalá a alguien más pueda inspirarle. Gracias
«Buenas tardes. Agradezco la oportunidad que tengo de hablar aquí en nombre de las familias. Aunque llegamos al colegio hace solo dos años, solo puedo decir GRACIAS.
GRACIAS a mi hija Andrea porque fue ella la que hace dos años, con sólo 16, tomó quizá una de las decisiones más importantes de su vida que fue la de venir a Montesión a cursar Bachiller. Ella misma quiso hacer un cambio y no se equivocó en absoluto.
GRACIAS infinitas al colegio. A Carlos González, su director y a todo el equipo directivo y de profesores porque nos habéis hecho sentir en CASA desde el primer día. Porque nos hemos encontrado con un colegio donde lo académico es importante, claro, pero hemos descubierto que para vosotros son mucho más importantes nuestros hijos como PERSONAS. Habéis asumido de forma impecable junto a nosotros la enorme responsabilidad de formarles como personas, en una etapa tan difícil y determinante como la adolescencia, y siempre habéis buscado garantizar ante todo su bienestar y su felicidad.
Por todo ello. GRACIAS.
Ahora no quiero dejar pasar la oportunidad de estar aquí para mandaros un mensaje a vosotros, los ALUMNOS.
Acaba hoy una de las etapas más largas y tediosas de vuestra vida. Habéis recibido una formación convencional que justo el colegio empieza a cambiar a partir del próximo año y vosotros ya no vais a vivirlo. Sin embargo vais a salir ahí fuera a un entorno profundamente cambiante. No sabemos lo que nos espera dentro de 5 años ni vosotros ni nosotros. Por eso sólo os puedo decir que ante todo os centréis en vosotros mismos, en conoceros, en saber cuáles son vuestros talentos y decidiros a SOÑAR, aunque eso sí, a SOÑAR EN GRANDE, SIN MIEDO. Que si no lo hacéis ahora tendréis que volver a hacerlo 20 o 30 años después cuando sintáis el vacío al que lleva el piloto automático cuando sólo hacemos lo que se supone que se tiene que hacer.
Que el fracaso no existe. Que en todo caso podréis hablar de “resultados no esperados” pero eso, aunque aquí nos cuesta más, es lo que sirve en Silicon Valley. Allí no te escuchan ni valoran quién eres, ni tu proyecto si no has tenido varios fracasos y por tanto demuestras tu capacidad para levantarte, seguir adelante y empezar de nuevo sencillamente viendo en cada paso una oportunidad de aprendizaje más.
Sólo si descubrís cuál es vuestro sueño y os sentís grandes, nada ni nadie os va a parar y estaréis dispuestos a todo para lograrlo. No importa si no sabéis todavía cuál es, pero no dejéis de buscarlo, no os conforméis, y confiad en que sabéis mucho mucho más de lo que os creeis.
Y para nosotros los PADRES, un mensaje en el que me incluyo.
Que seamos tolerantes con ellos si no aciertan, que nosotros también somos víctimas de este sistema obsoleto que prima la adquisición de contenidos sobre el conocimiento profundo de uno mismo como pilar sobre el que sustentar todo lo demás para que sea indestructible. Que lo que necesitan es creer en sí mismos y ser ellos quienes decidan su itinerario formativo en cada momento en función de cómo evoluciona el mundo en el camino hacia su sueño, siempre con la flexibilidad necesaria para adaptarse a cada momento y llevando las riendas de sí mismos independientemente de los vaivenes del entorno, que son y van a ser muchos.
Que a nosotros nos toca estar a su lado con flexibilidad, respeto y AMOR, que es lo único que ellos necesitan para sentirse acompañados y FUERTES. Que da igual si caen o no, que ya no son “nuestros pequeños” y que lo mejor que podemos hacer por ellos es estar a su lado, pase lo que pase.
ASÍ QUE ADELANTE, SOIS MUY GRANDES Y TENÉIS QUE SALIR AHÍ FUERA A MOSTRARLO.
ENHORABUENA por el camino recorrido y a comerse el mundo.
Muchas gracias
Gracias mi querida María Rosa Martín-Benito por las fotos